Misterio en el Prado

Victor Beiran

Santiago era un gran compañero, acudí inmediatamente cuando escuché el llamado de Mónica por el interlocutor.

Recuerdo que Santiago era un caso perdido, Mónica le tenia aprecio pero debo decir que siempre estaba metido en sus propios pensamientos y no prestaba atención a las actividades del día a día.

Creo que muchas veces estaba más atento a su celular y noticias de cultos que trabajan bajo las sombras. Cuando no estaba pendiente de su Getafe.